Terminar

«Me enseñaste a hablar cuando todo a mí alrededor decía que me callara, tú soportaste el peso de mis sueños y pesadillas, haciendo más grandes los primeros y borrando las segundas. Solo de tu mano he podido ver con cientos de miradas la realidad que no estaba preparado para contemplar. Tienes el don de hacer todo más claro y dulce, sin dejarte ningún dolor o pena de camino».
Por Víctor Martínez Parreño
images (5)

Ahora que ya nada falta por contarnos, salvo en el recuerdo, tengo que decirte adiós. Has sido uno de los mejores compañeros que alguien pueda tener jamás. Siempre me has entendido, me has ayudado a crecer y acompañado cuando nadie más quería hacerlo.

Me enseñaste a hablar cuando todo a mí alrededor decía que me callara, tú soportaste el peso de mis sueños y pesadillas, haciendo más grandes los primeros y borrando las segundas. Solo de tu mano he podido ver con cientos de miradas la realidad que no estaba preparado para contemplar. Tienes el don de hacer todo más claro y dulce, sin dejarte ningún dolor o pena de camino.

Decir que simplemente fuiste un amigo fiel sería quedarse vergonzosamente corto, con lo que tú has significado para mí. Me cogiste de la mano para acompañarme durante un tiempo de mi vida inolvidable, nunca podré olvidar todo lo que has significado para mí.

Tus palabras siempre quedarán en mí, pues he llegado a hacerlas mías de corazón. Cada día que te veía me dabas justo lo que necesitaba, fuese bueno o malo, siempre has sabido lo que era mejor. Me dijiste lo que hacía mal y me enseñaste a cambiarlo, me animaste a crecer y nunca soltaste mi mano para que no cayera. Tú me has enseñado la perseverancia y la fuerza para continuar cuando todo parece perdido. He aprendido que una página en blanco no es algo vacio, solo una oportunidad para llenarse.

Tengo que despedirme de ti pues ahora hay gente que te necesita más. Sé que la tristeza no solo es mía sino tuya mientras abandonas mi mano para coger la de otro. Durante éste tiempo no te has dejado nada, te has vaciado para que yo pudiera llenarme de ti, has sido como un hermano, como un padre y una madre, amigo y amante, lo has sido todo.

Solo puedo darte las gracias y desearte un feliz viaje. Cuando el tiempo nos vuelva a unir, que seguro lo hará, espero que me encuentres más preparado, más fuerte y tan necesitado de ti como siempre.

Hoy leo la última página de un gran libro y como siempre me siento vacio, pues algo mío quedará en sus hojas, mientras que todas sus palabras quedan en mí.

http://www.vocesdecuenca.com/frontend/voces/Terminar-vn32644-vst354

Deja un comentario